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The Woman in the Window (US 1944, 35mm, b/w, 99 min) is a film noir directed by Fritz Lang with script written by Nunnally Johnson based on J.H. Wallis’ novel Once Off Guard, and starring Edward G. Robinson, Joan Bennett, Raymond Massey, Dan Duryea and Edmund Breon. Scriptwriter Nunnally Johnson founded International Pictures (his own independent production company) after writing successful films such as The Grapes of Wrath (1940) and other John Ford films, and chose The Woman in the Window as its premiere project. Fritz Lang changed the film’s original ending to conform to the Motion Picture Production Code of the time.
After seeing his wife and children off on a summer vacation, Richard Wanley (Edward G. Robinson), a middle-aged psychology professor, heads to see his friends, District Attorney Frank Lalor (Raymond Massey) and Dr. Barkstane (Edmund Breon), at their men’s club. On his way to the club, the professor passes a portrait of a woman displayed in a gallery window and, mesmerized, pauses to admire the model’s beauty. While seated with his friends at the club, the professor confides that his life is stodgy and devoid of adventure, prompting Lalor to tease him about his wife’s absence and to warn him of the dangers of committing the slightest indiscretion. Several brandies later, the professor settles into his easy chair and asks the waiter to rouse him at 10:30. Later, after leaving the club, the professor is again drawn to the portrait and is startled to find the model standing beside it. Flattered by the professor’s admiration, the woman, Alice Reed (Joan Bennett), invites him to her apartment to view more sketches of the artist’s work. Hours later, the professor is still basking in Alice’s beauty when suddenly, an irate man bursts into the room, accuses her of infidelity and attacks the professor. As the man encircles the professor’s neck in a strangle hold, Alice slips a pair of scissors into the professor’s hand and he stabs his assailant. (Read full summary with spoilers here).
Spencer Selby in an essay at Film Noir of the Week wrote: ‘In the Dark City filmography section I describe The Woman in the Window as “the first of a pair of important middle-class nightmares by Fritz Lang.” The second film is Scarlet Street, which somewhat overshadows its older sister because it is more hardcore and one of the great noir masterworks. But The Woman in the Window shines with its own kind of clarity and one might argue that it had a stronger influence on noirs to come than Scarlet Street. At any rate, after Lang’s pair of nightmares the line between good and evil in the best American crime films would never be the same. What had been for the most part a clear choice was transformed into a fatal threshold that anyone with repressed or normal desires could cross.’ (Read the full essay here).
Begoña and I had the opportunity to watch recently The Woman in the Window. A superb film, masterfully directed by Fritz Lang, that has not a single scene to spare. A whole lesson of good craftsmanship. A true gem.
Notas de cine: La mujer del cuadro (1944), dirigida por Fritz Lang
La mujer del cuadro (US 1944, 35mm, b/w, 99 min) es una película de cine negro americano dirigida por Fritz Lang, con guión escrito por Nunnally Johnson basada en una novela de J. H. Wallis, y protagonizada por Edward G. Robinson, Joan Bennett, Raymond Massey, Dan Duryea y Edmund Breon. El guionista Nunnally Johnson fundó International Pictures (su propia compañía de producción independiente) después de escribir películas de éxito como Las uvas de la ira (1940) y otras películas de John Ford, y eligió La mujer del cuadro para la inauguración de su proyecto. Fritz Lang cambió el final original de la película de confomidad con el Código Hays, el código de producción cinematográfico de la época.
Después de despedirse de su esposa e hijos que marchan de vacaciones, Richard Wanley (Edward G. Robinson), un profesor de psicología de mediana edad, se dirige a ver a sus amigos, el fiscal del distrito Frank Lalor (Raymond Massey) y el Dr. Barkstane (Edmund Breon), a su club de caballeros. De camino al club, el profesor pasa delante del retrato de una mujer que está colgado en el escaparate de una galería e, hipnotizado, se para a admirar la belleza de la modelo. Cuando está con sus amigos en el club, el profesor confiesa que su vida es bastante aburrida y desprovista de toda emoción, provocando que Lalor se burle de él sobre la ausencia de su mujer y le advierte de los peligros de cometer la menor indiscreción. Varias copas de coñac más tarde, el profesor se acomoda en un sillón y le pide a un camarero que le despierte a las 10:30. Más tarde, al salir del club, el profesor se vuelve a sentir atraído por el retrato y se sorprende al encontrar a la modelo junto al mismo. Halagada por la admiración del profesor, la mujer, Alice Reed (Joan Bennett), le invita a su apartamento para enseñarle más bocetos de la obra del artista. Horas más tarde, el profesor continua difrutando de la belleza de Alice cuando de repente, un hombre enojado irrumpe en la habitación, acusándole a ella de infidelidad y atacando al profesor. Cuando el hombre tiene al profesor inmovilizado, Alice le pasa unas tijeras y el profesor apuñala a su agresor. (Mi traducción libre)
Spencer Selby en un ensayo en Film Noir of the Week escribió: “En la sección de filmografía de Dark City describo a La mujer del cuadro como “la primera de las dos importantes pesadillas que Fritz Lang dirigió sobre la clase media.” La segunda película es Scarlet Street (conocida para su distribución en español como Perversidad o Mala mujer), que eclipsa un tanto a la primera porque es más dura y una de las grandes obras maestras del cine negro. Pero La mujer del cuadro brilla por mértio propio y se puede argumentar que tuvo mayor influencia que Scarlet Street sobre el cine negro que vino después. En cualquier caso, después de estas dos pesadillas de Lang, la línea entre el bien y el mal en las mejores películas policíacas norteamericanas nunca volverá a ser la misma. Lo que hubiera sido para la mayoría de las personas una alternativa clara se transformó en un umbral fatal que cualquier persona con deseos reprimidos o normales podría cruzar.” (Mi traducción libre).
Begoña y yo tuvimos la oportunidad de ver recientemente La mujer del cuadro. Una película excelente, magistralmente dirigida por Fritz Lang, que no tiene una sola escena de sobra. Toda una lección de buen hacer profesional. Una verdadera joya.